Mi llegada:
Viernes 10 de octubre
El viernes 10 de octubre, había llegado a Barbastro muy ilusionado, por fin había llegado el día, estaba otra vez con mi Sandra C. la que tanta ilusión y felicidad me da y trasmite.
Como no, Sandra ya me tenia preparadas un montón de actividades para toda la semana, como buen culo inquieto que es, el plan reunia; visitas a pueblos, sesiones de natación, Spining, ascensiones a Picos, un sin fin de actividades, parar los diez días que iba a estar por tierras de Somontano, con mi Pekis.
Comenzaríamos ese mismo sábado ya desde la mañana con una actividad de natación y por la tarde de excursión al Cotiella ,por decirlo de alguna manera!. Ya que al Pico, en verdad lo ascenderíamos al día siguiente.
Lo primero que hicimos, fue una aproximación hasta el refugio de Armeña, desde el aparcamiento de la pista del pueblo de Barbarruens a 1.572m.
Datos Técnicos |
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Tiempo | 1h40m14sg |
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Distancia | 3,49 Km. | 2,1Km/h |
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Ascensión | 376m | 8m/min |
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Descenso | 84m | 7m/min |
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Punto mas alto | .906m |
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Punto mas bajo | 1.572m |
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Temperatura | 3ºC |
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Allí dejamos el todo terreno y nos pusimos en marcha por una pequeña senda que se adentraba en el bosque, en una tarde bien avanzada, con el ocaso del día muy próximo.
La Ribagorza, zona en donde nos encontrábamos, me sorprendió. Bosque espeso y un gran precipicio, inapreciable por el bosque y que en su extremo izquierdo, sorprendía con una soberbias caída; unos 40m de caída. Un bonito paisaje.
La ascensión fue sencilla. Sandra ascendía sin mayor problema, con su tipico ritmo mantenido y Pablo y Patricia, con algún que otro jadeo, debido a la falta de costumbre.
La ruta fue rápida, apreciados el paso del tiempo por el aumento paulatino de la oscuridad, que ganaba terreno, inexorablemente a las últimos rayos de luz del atardecer.
A escaso 100m del refugio de Armeña, este mostraba un aspecto inmejorable, lo que nos reconfortaba profundamente. Íbamos a pasar una noche tranquila y caletita.
La sorpresa nos llego, cuando ya entramos en el refugio. En el se encontraban ya 8 personas y solo tenia cabida para 14, por lo que resoplamos. Si llegamos a demorarnos un poco mas, no se donde habríamos dormido. Pero el grueso de la gente estaba aun por llegar. Un ultimo grupo hizo acto de presencia, a la hora y media de llegar nosotros. Serian unos 12 que con muy buena vista, optaron por subir con tiendas de campaña, por si acaso no había sitio, y que gran acierto fue su decisión.
Las horas previas para acostarnos, discurrieron rápidamente, entre la cena, el paseo nocturno y la tertulia con la gente. Sin darnos cuenta nos llegaron las 23:30h, un buen momento para ir a descansar y es que al día siguiente la jornada seria dura, sobre todo para Patricia y Pablo.
La ascensión,
domingo 5 de Octubre:
Pésimos madrugadores. Eran las 8 y la mayor parte de la gente había ya desayunado y prácticamente todos ya estaban en marcha, nosotros aun, comenzando a desayunar pero por una vez, disfrutamos tranquilamente del amanecer.
Según teníamos entendido, la ascensión era larga y con mucho desnivel, asi que había que tomar las cosas con tranquilidad desde el primer momento. El cielo estaba totalmente limpio y no se apreciaba ningún indicio de cambios a lo largo del día, así que a ritmo y para arriba.
La primera paradita la realizamos a eso de las 2h20, ya un poco tardío, pero los cuerpos no habían sufrido. Mentalmente, se hacia largo, pero una pequeña trepada, rompió la monotonía, lo cual como es evidente se agradeció.
Ascendimos ya la ultima pala en un ultimo esfuerzo, que fue muy sufrido para Pablo, el cual solo lo reconoció cuando estábamos de vuelta para casa en el coche.
Arriba en la cumbre, nos encontramos a los cuatro abueletes catalanes, con los que compartimos noche y cual fue nuestra sorpresa, que uno de ellos era un escritor de guías de montaña, de la editorial Prames. Así que se conocía todas las cumbres que se divisaban, que no era pocas, ya que el Cotiella se caracteriza por tener unas vistas privilegiadas, con una panorámica excelente.
El descenso:
Nada mas terminar de reponer fuerzas, comenzamos el largo descenso, rápido durante el primer tramo, hasta superamos la destrepada. A partir de este punto, Patricia acuso el cansancio, reflejándose en la debilidad de sus cuadriceps y Pablo tampoco estaba para tirar coetes. Pero los dos, sin rechistar continuaron a ritmo, realizando las mínimas paradas posibles. Sandra, para variar, genial, sin dar muestras de cansancio y es que a veces me pregunto de que pasta están echas algunas personas es de esta sin duda Sandra. Que pasada!!!
Llegábamos por fin al final de nuestro primer tramo, el refugio de Armeña, en donde repusimos fuerzas con una muy buena comida. Y es que ya llevábamos 8h de caminata. Aquí, pude apreciar, el gran cansancio que arrastraban Pablo y Patricia. Si para Sandra y para mi, estaba resultando largo, estando acostumbrados, para ellos, personas sin costubre, no puedo imaginármelo.
Ya no quedaba nada. Cargamos con el resto del material que habíamos dejado en el refugio y continuamos con nuestra marcha. Lo que nos quedaba, era un descenso, simplemente dejarse caer, hasta el aparcamiento, en donde se encontraba el coche.
A eso de las 18:00h por fin finalizábamos nuestra ruta, que a pesar de su dureza, todos refrendamos como magnifica. Unos como Sandra y Pablo por conseguir por primera vez tras varios intentos, ascender al esta gran mole y otros como yo y Patricia, por visitar otra bonita zona.
La noche ya se nos echo encima, regresando a Barbastro, punto final de este magnifico fin de semana, inicio de mi estancia con Sandra, en esta magnifica tierra, el Somontano.
Por delante y con muy buenas prespectivas, aun me quedaban 8 dias, para visitar zonas y practicar deporte.