viernes, 28 de agosto de 2009

PERDIGUERO LA CRONICA

Todo llega, solo se tiene que tener paciencia.
Ansiaba una vez mas la llegada de estos días, a pesar de haber estado en el Peñalara hacia poco tiempo, pero se tiene monoPekis.
La aventura del tren se había cambiado por la del coche y alivia un poco, ya que este modo de transporte mola, pero cuando se tiene algo mas de tiempo y se agradece bastante, cuando uno anda tan justo de tiempo.





Día 15; Ascensión al ibon blanco y al Pico Perdiguero:




Itinerario:
Ascenso. 1.520m 6m /min.
Punto mas alto: 3.220m
Descenso 596m 4m/min
Punto mas bajo: 1.803m
Tiempo 10:30:17
Climatología: Nubes y claros con pequeña tormenta por la tarde.

Según lo planeado, nos levantábamos a las 8. La noche, como es de norma en Barbastro durante los meses de verano, es muy calurosa. No se baja de los 26º C por la noche y para un Castellano, esto es mucha tela. A pesar de todo habíamos descansado bien y las ganas de monte se palpaban en el desayuno.










El grupo se levantaba, he iba preparando todo, para tras desayunar marchar a nuestro punto de salida, Benasque, al final de la crt. Francia.
Con media hora de retraso, a eso de las 11:30 de la mañana, nos poníamos en marcha. Pekis nos colocaba para la foto antes de comenzar. Clip, la foto, esta. Ya podemos comenzar.
La senda asciende sin mucha pendiente por un bosque poco poblado, el cual nos da cobijo de la fuerza de los rayos solares, que en estas horas apreta. Pero, la arboleda termina pronto.
Al subir un gran desnivel uno llega a contemplar las diferentes panorámicas que la altitud presenta en el paisaje.
Ahora y tras dejar el bosque, pasábamos a verdes praderas, donde las piedras empezaban hacer acto de presencia, los enormes bloques de piedra tras alcanzar la conta 2.200m, convirtieron el paisaje en un enorme caos de roca. Como si todas esas piedras hubiesen caido de golpe y estuvieran apunto de desprenderse hacia abajo de forma vertiginosa.






Ya metidos en equilibrios, sobre las piedras y cogiendo altura de forma rapida, la tormenta empezó a dejar caer lluvia y granizo que nos hizo resguardarnos por un rato al abrigo de las rocas.














La collada la teníamos, ahí enfrente de nosotros. Tan solo había que librar una ultima pendiente sobre un enorme pedrolo liso, como si de una rampa de cemento se tratara.
El paisaje en este punto, a 2.800m era fantastico.
No quedaba nada para llegar, hasta nuestro lugar de vivaque. Tan solo descender los 100m hasta el ibon blanco de Literola. Aquí, observamos la zona para localizar un sitio para realizar nuestro vivaque.








Al final encontramos el sitio ideal. Un lugar, en el cual podian llegara a entrar hasta 9 personas. Protegido por un muro de piedras de 40 cm de alto de forma circular, un buen sitio. Como ser preveía y veníamos observando, otro chaparrón estaba apunto de caer, asi que dispusimos todo para la lluvia. Como remedio ante el agua, utilizamos unas bolsas de basura para proteger las mochilas y nuestras piernas









Como ser preveía y veníamos observando, otro chaparrón estaba apunto de caer, así que dispusimos todo para la lluvia. Como remedio ante el agua, utilizamos unas bolsas de basura para proteger las mochilas y nuestras piernas, esta idea fue muy efectiva y muy alabada por Fernando.
El chaparrón duro bien poco, apenas 30 minutos. Con la lluvia caída y al estar estáticos, sentados en las rocas, nos quedamos fríos, por lo que optamos por hacer algo, y ese algo eras subir al Perdiguero, según el plan que teníamos marcado y a pesar de la hora, que era bien tardía.

En nuestra ascensión, no fuimos todos. Abajo y con vista a subir al día siguiente, se quedaron, Patricia, Pablo, Maria y los dos amigos de Sandra, el resto sin mas, cogiendo lo necesario, nos fuimos para arriba.
La altura se gano enseguida, en apenas 20 minutos nos encontrábamos a 3.000m. La arista final, de la cual nos temíamos que fuera complicada y aérea, resulto ser fácil y sin complicación alguna, en verdad fue un gran alivio para todos y mas aun para José Lleida.
Las vistas ya eran alucinantes, La Madaletas, el Posets, Malpas, el valle de Literola, etc... miráramos donde miráramos era todo muy hermoso.
Ibamos llegando todos a la cumbre, con la tarde ya bien echada encima. Los últimos rayos de sol, el atardecer mostrando su magia de luces y lo mejor de todo, la satisfacción de llegar arriba, con ese pedazo de abrazo y beso de Pekis.
Cuando uno esta aquí arriba, por el monte, rodeado de gente tan encantadora, de por supuesto Pekis alguien imprescindible, piensa, menuda castaña el estar en un bar metido, ente cuatro paredes y tanto y tan bello por descubrir ahí fuera.
Toca bajar y la luz, ya escaseaba, por lo que a la media hora, toco echar mano de los frontales. La noche había llegado y nosotros nos habíamos separado unos de otros, conformando dos grupos. Molaba, ver la luz de los frontales moverse por encima de nosotros, en la altura, ocultándose por instantes , tras la rocas.
Fue entonces cuando se produjo un pequeño percance. José, había extraviado su polar y se había empeñado en buscarlo, a pesar de no verse. El grupo de adelante ya abajo, nos toco esperar, pacientemente a que optase por bajar y posponer la búsqueda.
Ya, por fin tras mas de media hora esperando y tras subir Guillermo y Fernando en su busca, forzaron a José a descender y para intentarlo al día siguiente con luz.
El tiempo pasa rápido y de eso ha veces uno no es consciente. La noche se había echado bien encima, eran ya prácticamente las once la noche y aun teníamos que cambiarnos de ropa y prepara la cena. Tirando de infiernillo, nos dispusimos a preparar algo caliente, y es que apetecía. La noche había echo descender la temperatura hasta los 6º C y se notaba.
En mi caso, mientras Pekis se ponía ropa seca yo me dedique a calentar el preparado que traía, compuesto de arroz, patatas, champiñones y huevo todo cocido, vertido sobre un sofrito. Exquisito pero demasiada cantidad para los dos. Las veinticuatro horas; los Lunis hacen acto de presencia, pero no a todos por igual. Yo cansadazo, tenia la imperiosa necesidad de dormir, a pesar de tener que desaprovechar la oportunidad de observar las estrella con Pekis, la cual, como no y una vez mas, estaba como que no hubiera echo nada, por dios, que vitalidad!!!!. Nos acurrucábamos en los sacos, con la incertidumbre de si pasaríamos frío o no, un ultimo buenas noches a todos y un beso Pk.




16 DE AGOSTO

Itinerario:
Ascenso. 202m 5m/min.
Punto mas alto: 2.700m
Descenso 1.296m 10m /min.
Punto mas bajo: 1.650m
Tiempo .3:55:49
Climatología: : Soleado y caluroso







6 de la mañana, en el ibon blanco todo ya es claridad. Aun nadie se despereza. Todos tienen la cabeza oculta con el capuchón del saco y es que la noche ha sido fría. Cojo el reloj, para mirar las temperaturas y así es, hemos llegado a los 2º C, frescunin del bueno.
Aguantamos en el saco hasta las 7:30h. ¡Buenos días Pekis, buenos días tropa!. Nos empezamos ha acoplar tímidamente.
Son las 8:15h, los infiernillos rugen, sale el gas con fuerza, el agua se están calentando para verter a continuación la leche condensada y así preparar el café.
Predomina la calma, a pesar de no tener ni idea de lo que queremos hacer. Ascender otra vez el Perdiguero, como que no. Así que los que en el día de ayer no lo hicieron tiraron para arriba, mientras el resto optamos por dos variantes, las feminas,, Raquel, Pekis y Soraya se fueron a dar un rulo hasta la collada que quedaba a nuestra espalda, mientras José, Guillermo, Fernando y el menda, en busca del polar de José por el canino que utilizaron de descenso desde el Perdiguero, hasta la cota 2.900m.
Encontrarlo nos supuso, 1h1/2 y fue, bajando cuando pudimos dar con el. Pura suerte, pero dimos con el.
A eso de las 12, comenzábamos el gran descenso, por el valle de Literola. La primera parte, encañonados entre enormes bloque de piedra junto al barranco de literola. Descenso expuesto a caídas peligrosas, por lo que el paso lento era la acción mas apropiada, una caída aquí supondría algo mas que un susto. En seguida llegábamos al ibon el cual lleva el mismo nombre del barranco. Un sitio fantástico, bello y sumido en el susurro del agua rompiendo en la roca. Allí, al pie del ibon, descansamos las piernas, reponiendo fuerzas con el inconfundible menú del cóctel fruto seco made in Pekis.
Con una parsimonia inusual, teniendo en cuenta que Fernando, Raquel y el menda teníamos que regresar a Valladolid, en un viaje de mas de 7h, nos pusimos a disfrutar de un refrescante baño de pies, en las frías aguas del ibon, realizando juegos, que consistían en quien aguantaba mas tiempo sumergiendo estos en las gélidas aguas y fueron Pekis y José los que se llevaron el premio, mientras yo y Fernando, los que menos tiempo aguantaron. El descenso prosiguió, el valle de Literola mostro grandes instantáneas, una de ellas cuando de frente a nosotros, pudimos ver el macizo de la madaletas. En mi punto de vista impresionaba, ver superpuesta el paso del grupo, con un fondo tan bestial.
El terreno cada vez era menos tendido y discurriendo el paso por senda, dejando atrás las enormes piedras que tan lentos nos hizo ir. El calor aumentaba según estábamos mas bajos en el valle. La caloriana, nos inducía a beber mas liquido y a refrescar nuestras cabezas con el agua de los arroyos que se cruzaban en el camino. El, pequeño sufrimiento se termino pronto, de una forma rápida, por el ritmo impuesto, llegamos a la carretera, punto final de nuestra ruta por la montaña. Ahora quedaba, para Fernando, Guillermo, José y el menda, ascender por la carretera en busca de nuestros coches.

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