VUELTA EN BTT,
AL MACIZO CENTRAL DE PICOS DE EUROPA.
Decir que la idea de dar la vuelta a los picos de Europa en BTT, surgió, en un primer momento, para hacerla en semana santa con Pekis y José M., para que así, de esta manera conocieran picos de Europa.La idea, desde mi punto de vista, parecia un gran descubrimiento, pero nada mas lejos de la realidad. Ciruito, bien conocido por bikers, pero que mi, en mi nueva faceta, era un descubrimiento.
El trazado que tenia en mente, era mas largo, abarcando Arenas de C., Cangas de Onis, Soto de Sajambre, y daba la vuelta a los tres sistemas de Picos.
Este recorrido iba a realizarse en 4 días y con tres noches por la zona, pero con la lógica aplastante y sentido común de Pekis, que ya bien conoce e intuye mis idas de mano, desestimo la idea. La idea era demasiado ambiciosa, para realizarla en tan pocos días, aunque se que Pekis, abría podido con ello.
Retome la idea, pero en esta ocasión lo quería hacer corriendo.
La posibilidad de correr un Trail, me es imposible, por falta de tiempo, ya que el trabajo me lo impide, así que configure un circuito, con esto objetivo y asi intentar hacer algo parecido, corriendo andando. Pero como aventurarme a realizar esto, sin reconocer antes el terreno? Pues que mejor idea que hacerlo en bici, con la modificación correspondiente, en el recorrido a pie. La ruta no era una idea maravillosa, ya que se trata de una ruta conocida por la gente amante de la Btt, a pesar de las prohibiciones que tiene la ruta del cares, con las bicis de montaña, lo cual es lógico, claro esta, en parte.
Ahora solo me quedaba poner fecha para realizarla y así hice.
Y fue este pasado fin de semana cuando nos acercamos, Francis, Ferreras, Roberto, Neli y el menda, narrador de esta escapada.
El sábado nos acercábamos hasta Santa Maria de Valdeón, mas concretamente al albergue la Ardilla Real, donde pasaríamos la noche. El albergue es fantástico, acogedor en su salón y sus habitaciones. De comidas, casares exquisitas, aunque para un estomago como el mío, acostumbrado a la ausencia de grasas y condimentos, la cena aunque sabrosa, me ocasiono pesadez y no descanse lo bien que quisiera.
No todos es perfecto y siempre existen fallos y en este albergue la única pega que le vi, mas bien oímos, fue eso, que el sonido del salón, subía a las habitaciones y hasta que este no se desalojo, el silencio no se hizo.
El domingo, con el madrugonazo a eso de las 6 de la mañana y con media hora de retraso, con respecto a mi programa, nos pusimos en marcha.
Desayuno en silencio, para no alterar el sueño de los propietarios del albergue y listo para la travesia.
El amanecer, fantástico. Ver entrar los rayos de luz, a través del desfiladero, sumergido en un silencio, rotos solo por el canto de pájaros y correr del agua entre las piedras.
De los cinco, Nely era la mas emocionada, o mas bien asi lo expresaba instantes antes de comenzar.
Un gran descenso, por una carretera ausente de coches, nos llevo hasta Posada de Valdeon y luego a Cordiñales, en donde paramos, en el mirador del Tombo, a ver el fantástico amanecer. A mi mente, llegaban los recuerdos, de año nuevo, la ultima vez que había estado por aquí. Había sido con Pekis, dando una vuelta de despeje.
Aquí vendremos Pekis a realizar rutillas, para que conozcas Picos de Europa.
Tras la sesión de fotos, descendimos hasta llegar a Cain, en donde comenzaba la senda por el desfiladero. Yo tenia dudas de si se podría realizar en bici el recorrido, y el primer tramo, me acojono. No lo veía muy claro. Pero tras pasar los túneles, el camino se puso, mas sencillo. La anchura del camino era la suficiente y el terreno, con la salvedad de algun tramo, no tenia dificultad.
Maravillados por el paisaje, avanzamos por el desfiladero, mientras el día levantaba.
Tras dos horas y cuarto, llegamos a Poncebos, en donde comenzaría las subidas.
Este primer puerto, tenia dos tramos. Uno por carretera, hasta prácticamente Sotres y un segundo, hasta los altos de Aliva.
Con ritmo tranquilo subimos el primer tramo. Nely, subió bien, aunque a pesar de su voluntad y mi buena intención, esta ruta, le quedaba, aun un poco lejos de sus posibilidades físicas.
Dejábamos atrás, el tramo de asfalto y nos adentrábamos en las pista. Otra gran cuesta teníamos por delante.
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