A cuanta gente se lo pude llegar a
proponer, ya ni lo sé. Unos hicieron el amago de venir, otros
dijeron un que si, que se convirtió al final en un que no (
Susana, Nely, Luis A., José M., se quedaron en casa) y deciros a
todos, , cuanto os perdisteis al no venir. Pero, no siempre se puede
hacer todo lo que uno pretende, verdad.
La primera Ferrata la hice de la mano de Sandra C. y fue la
Ferrata de Olvena. Yo, por aquel entonces no tenia ni idea de lo que
era una vía Ferrata y que había que hacer. Subir por una pared,
asegurado a través de un arnés una disipadora y una sirga de acero.
Para Olvena, me fui con Pekis. Aquella calurosa tarde, cuando el sol
mas calentaba a las 16h de aquel verano del 2009,tras salir Pekis
trabajar y con rápido bocado, con un testimonial bocadillo.
En esta ocasión, regresaba a la Hermida, para volver a subir por
segunda vez la ferrata, en esta ocasión con José de V. En la
primera vez, hace justamente un año, fui con Silvia y Nely y la
experiencia fue muy buena, a pesar del madrugon que nos pegamos, y es
que la Hermida, esta a 3h en coche de Valladolid.
Esta vez, , nos acercamos el día anterior por la tarde, para así
disfrutar del entorno y así estar mas descansados para el día
siguiente. Nos hospedándonos en el albergue que lleva el mismo
nombre y el cual se encuentra ubicado a la salida del pueblo de la
Hermida, camino de ..........., justo atravesando el puente sobre el
río Deva.
Las previsiones del tiempo no eran nada buenas, pero a José y a
mi nos dio lo mismo. El mero echo de estar por allí nos valía la
pena, algo se nos ocurriría si hacia malo.
A las 16:30h salíamos de Valladolid y a las 20:00h llegábamos a
la Hermida. De camino, realizamos la parada en el puerto de
Piedrasluegas para inmortalizar el paisaje. Las ultimas nevadas
dejaban un hermosos paisaje de las montaña. El clásico dibujo que
un niño haría. Blanco por arriba y oscuro por abajo.
En la Hermida se terciaron un par de cervezas antes de ir a Cenar
al albergue. El menú de nuestra cena; un buen potaje, con su arroz,
garbanzos, espinaca, bacalado, huevo duro y todo ello sofrito, ideal
para ir a dormir con el cuerpo caliente.
Cenamos afuera del albergue, en unas bancadas que tiene instaladas
y con panorámica del pueblo y el rio Deva. Un lugar muy agradable.
La mañana levanto espléndida. Ni en los pensamientos mas
optimistas, pensamos en un día así, pero ahí lo teníamos. Sin
ninguna nube al amanecer y nada que pudiese hacer prever
precipitación alguna. –la habíamos bordado-
Tras un desayuno contundente a las 9:15h nos poníamos en marcha.
Primero acercarnos hasta la vía Ferrata, a la cual se llega andando
paralelo al rio Deva, por un paseo en dirección al Balneario, a 10
minutos desde el albergue.
A las 9:35h nos poníamos a la faena.
Para José de V., era su primera Ferrata, así que iba con mucha
ganas y muy expectante.
Progresamos rápido y vi lo bien que se desenvuelve José por este
terreno.
Yo por mi parte, disfrute mucho mas la vía, me di cuenta de la
verticalidad de ciertos pasos, los desplomes y de lo bien que uno se
lo pasa en este entorno y con un gran colega.
En apenas tres horas llegamos al final de la vía y como no había
ninguna prisa, nos dedicamos a monear. Disfrutar del paisaje, de
hacer fotos, en lo alto, como durante todo el descenso.
Al llegar al pueblo nuevamente, y con el tiempo tan extraordinario
que teníamos lo mejor era, un par de cervezas y una buena tabla de
quesos de la zona. Sentarse en la terraza, y disfrutar placidamente
de la paz del lugar, con el calorcito, que los rayos de sol nos
proporcionaban.
El día tocaba a su fin. Llegaba el momento de regresar a casa,
pero José y yo, ya estábamos pensando en la siguiente escapada.