miércoles, 16 de mayo de 2012

Entrenando por Campoo, con MIguel Angel V.

Que hacer con dos dias libres?
Pues la idea fue, ir con Miguel Angel, a zurrarnos con la bici un día y a pata otro por la  el valle de Campoo y el resultado fue este.





 













martes, 8 de mayo de 2012

UN VISTAZO A LAS MARAVILLAS DE LA NATURALEZA







ENTRENANDO POR EL VALLE DE CAMPOO


ENTRENANDO POR EL VALLE DE CAMPOO
Ascensión al Pico Liguardi. Carrera de Montaña.

Hora de Inicio: 8:30h
Itinerario: Albergue el Montero 969m →Pico Liguardi 1.974m

Distancia: 15km.
Desnivel:
+1.014m.
­-1.014m
acumulado →2.028m
Punto mas alto:1.979m
Punto mas bajo:969m
Tiempo total:3h 02
Meteorología: Nubes y claros.


Ya se me había estudiado, la posibilidad, el año pasado, de acercarme por esta zona a entrenar. Tanto en bici como la carrera a pie, por montaña.
La zona tiene la virtud, de buenos puertos, un carrir bici andarin, por el cual entrenar la carrera a pie. Y también, si lo que uno lo que busca es entrenar carrera de montaña, las montañas que están a los pies de muchos pueblos, reúnen estos requisitos.





Me acerque una vez mas a mi albergue preferido, el Montero, ubicado en la población de Soto ( Reinosa). Desde aquí, a las 8:30 h salí, en un fantástico día que despertaba. El amanecer, con el sol iluminando las escasas brumas que jugaban a esconder por momentos las cumbres mas altas, traían un fantástico día para hacer deporte por la montaña. La idea, era ascender lo mas rápidamente posible y en un recorrido de ascensión, directo, sin apenas discurrir el trayecto, por caninos. Saltando vallas de espinos de delimitación de parcelas de pastos, atravesando matorral alto y , bajo de espinosa hoja, que arañaba las piernas, haciendo el progreso, lento. Al llegar a los 1.850m la nieve hizo acto de presencia, y había que estar aun mas atento a cada paso para no torcerse ningún tobillo. Al llegar hasta la cumbre del Pico Liguardi, las nubes cubrían las cumbres del Alto Campoo y las únicas vista que se observaban eran hacia el valle, en dirección a Soto y a Reinosa.
La cruz, marcaba el Pico Liguardi. Una foto, un gel y para abajo, en busca del camino. Primero hacia la collada, del cueto y desde aquí, a la cuenca en busca de la pista que me llevaría nuevamente a Soto.


Pero esta historia no seria completa si no contara, lo que ocurre, durante el viaje de ida y de vuelta. Suceden multitud de cosas que en coche no vienen a ocurrir. Viajar en trasporte publico, en este caso en tren, cruzándose con gente, dan de si múltiples anécdotas, aunque el tiempo que transcurre, es poco, apenas 6 h entre el trayecto del tren , llegar a la estación y llegar en bici, a los lugares de pernocta.



FERRATA DE LA HERMIDA Con José de Vega.


A cuanta gente se lo pude llegar a proponer, ya ni lo sé. Unos hicieron el amago de venir, otros dijeron un que si, que se convirtió al final en un que no ( Susana, Nely, Luis A., José M., se quedaron en casa) y deciros a todos, , cuanto os perdisteis al no venir. Pero, no siempre se puede hacer todo lo que uno pretende, verdad.


La primera Ferrata la hice de la mano de Sandra C. y fue la Ferrata de Olvena. Yo, por aquel entonces no tenia ni idea de lo que era una vía Ferrata y que había que hacer. Subir por una pared, asegurado a través de un arnés una disipadora y una sirga de acero. Para Olvena, me fui con Pekis. Aquella calurosa tarde, cuando el sol mas calentaba a las 16h de aquel verano del 2009,tras salir Pekis trabajar y con rápido bocado, con un testimonial bocadillo.


En esta ocasión, regresaba a la Hermida, para volver a subir por segunda vez la ferrata, en esta ocasión con José de V. En la primera vez, hace justamente un año, fui con Silvia y Nely y la experiencia fue muy buena, a pesar del madrugon que nos pegamos, y es que la Hermida, esta a 3h en coche de Valladolid.



Esta vez, , nos acercamos el día anterior por la tarde, para así disfrutar del entorno y así estar mas descansados para el día siguiente. Nos hospedándonos en el albergue que lleva el mismo nombre y el cual se encuentra ubicado a la salida del pueblo de la Hermida, camino de ..........., justo atravesando el puente sobre el río Deva.




Las previsiones del tiempo no eran nada buenas, pero a José y a mi nos dio lo mismo. El mero echo de estar por allí nos valía la pena, algo se nos ocurriría si hacia malo.
A las 16:30h salíamos de Valladolid y a las 20:00h llegábamos a la Hermida. De camino, realizamos la parada en el puerto de Piedrasluegas para inmortalizar el paisaje. Las ultimas nevadas dejaban un hermosos paisaje de las montaña. El clásico dibujo que un niño haría. Blanco por arriba y oscuro por abajo.
En la Hermida se terciaron un par de cervezas antes de ir a Cenar al albergue. El menú de nuestra cena; un buen potaje, con su arroz, garbanzos, espinaca, bacalado, huevo duro y todo ello sofrito, ideal para ir a dormir con el cuerpo caliente.
Cenamos afuera del albergue, en unas bancadas que tiene instaladas y con panorámica del pueblo y el rio Deva. Un lugar muy agradable.




La mañana levanto espléndida. Ni en los pensamientos mas optimistas, pensamos en un día así, pero ahí lo teníamos. Sin ninguna nube al amanecer y nada que pudiese hacer prever precipitación alguna. –la habíamos bordado-
Tras un desayuno contundente a las 9:15h nos poníamos en marcha. Primero acercarnos hasta la vía Ferrata, a la cual se llega andando paralelo al rio Deva, por un paseo en dirección al Balneario, a 10 minutos desde el albergue.
A las 9:35h nos poníamos a la faena.
Para José de V., era su primera Ferrata, así que iba con mucha ganas y muy expectante.
Progresamos rápido y vi lo bien que se desenvuelve José por este terreno.
Yo por mi parte, disfrute mucho mas la vía, me di cuenta de la verticalidad de ciertos pasos, los desplomes y de lo bien que uno se lo pasa en este entorno y con un gran colega.
En apenas tres horas llegamos al final de la vía y como no había ninguna prisa, nos dedicamos a monear. Disfrutar del paisaje, de hacer fotos, en lo alto, como durante todo el descenso.



Al llegar al pueblo nuevamente, y con el tiempo tan extraordinario que teníamos lo mejor era, un par de cervezas y una buena tabla de quesos de la zona. Sentarse en la terraza, y disfrutar placidamente de la paz del lugar, con el calorcito, que los rayos de sol nos proporcionaban.
El día tocaba a su fin. Llegaba el momento de regresar a casa, pero José y yo, ya estábamos pensando en la siguiente escapada.